Información para el paciente con rosácea
¿Qué es la rosácea?
La rosácea es una alteración crónica de la piel muy frecuente que afecta a la cara, produciendo enrojecimiento y granos en las mejillas, a veces con formación de pus.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la rosácea suelen producirse en la zona central de la cara (mejillas, frente, nariz, alrededor de la boca y en el mentón), aunque puede aparecer en otras localizaciones.
En la mayoría de los casos los pacientes tienen sensación de calor o ardor en las zonas afectadas.
Los signos de rosácea varían según el caso, pudiendo tener una o más de las siguientes alteraciones:
- Enrojecimiento en la parte central de la cara que abarca zonas convexas de mejillas , nariz y frente.
- Telangiectasias: las telangiectasias son pequeños vasos sanguíneos bajo la piel que al dilatarse se hacen visibles.
- Pápulas-pústulas: muchos pacientes que padecen de rosácea desarrollan granos rojos (pápulas) o granos de pus (pústulas) en la cara. Estas lesiones pueden ir y venir por temporadas o tenerlas de forma constante si no se tratan.
- Rubefacción: tendencia a sonrojarse o ruborizarse con facilidad, sobre todo tras diversos estímulos, como los cambios de temperatura, las bebidas alcohólicas o situaciones de estrés.
- Síntomas oculares: la rosácea también afecta frecuentemente a los ojos, produciendo sensación de tener arenillas en los ojos, quemazón, picor, sequedad, aumento de sensibilidad a la luz o inflamación de los párpados (blefaritis). En casos aislados puede producirse inflamación de la córnea afectando a la visión.
- Engrosamiento y contornos irregulares de la superficie de la piel que puede afectar la piel de la nariz (rinofima), mentón, frente y párpados.
¿Quién tiene rosácea?
Aproximadamente 1 de cada 10 personas tiene rosácea, aunque en la mayoría de los pacientes los síntomas son leves . Es más frecuente en mujeres que en hombres, y suele aparecer entre los 30 y los 50 años de edad. También es más frecuente en gente con piel muy clara y cuando la padecen otros familiares.
¿Qué causa la rosácea?
En el desarrollo de la rosácea intervienen múltiples factores, pero hay dos componentes esenciales:
- Cambios en los vasos sanguíneos que hay bajo la piel. Que pueden estar alterados por una predisposición genética, y en respuesta a estímulos externos (exposición solar, alcohol, estrés, temperatura caliente o fria, comidas picantes, etc.).
- Inflamación crónica de la piel. Probablemente como consecuencia de las alteraciones anteriores y a la que se suman otros factores (alteraciones de la inmunidad o actividad microbiana).
En cuanto a la tendencia genética, se ha visto que el 40% de los pacientes tienen historia familiar de rosácea.
¿Qué empeora la rosácea?
Hay una serie de factores que puede empeorar la rosácea, aumentando la circulación de la cara y empeorando el enrojecimiento. Los más frecuentes son las comidas y bebidas calientes, las comidas picantes, el alcohol, temperaturas extremas o cambios de temperatura bruscos, la luz del sol, situaciones de estrés, menopausia, ejercicio intenso, baños calientes o saunas, corticoides y fármacos que dilaten los vasos, incluyendo algunos medicamentos para la hipertensión arterial.
¿Cómo se diagnostica la rosácea?
Lo habitual es que el dermatólogo pueda realizar el diagnóstico sin necesidad de realizar pruebas complementarias, mediante los signos clínicos y los síntomas del paciente. En raras ocasiones, puede ser necesario hacer algún raspado o biopsia para descartar la presencia de hongos.
¿Cómo se trata la rosácea?
Antes de establecer un tratamiento para la rosácea es necesario identificar los factores desencadenantes de la rosácea en cada individuo. El tratamiento puede variar en función de los síntomas y la gravedad de los mismos.
Medidas generales
Es fundamental para los pacientes diagnosticados de rosácea protegerse de la luz del sol utilizando de forma diaria cremas fotoprotectoras de alta potencia (tanto para ultravioleta A como para Ultravioleta B) y utilizando complementos que bloqueen el paso del sol como sombreros, sombrillas o prendas de vestir. Si el clima es muy frío es recomendable cubrir la cara con una bufanda o aplicar cremas protectoras.
Muchos pacientes con rosácea tienen la piel sensible, por lo que se recomienda la utilización de cremas hidratantes faciales hipoalergénicas o específicas para pieles con rosácea. Además, es recomendable la utilización de jabones suaves, evitando frotar de forma enérgica la cara con las manos o con algún utensilio. También se deben evitar las lociones alcohólicas (típicas en desmaquillantes o productos para el afeitado). Si se lleva maquillaje, el uso de productos que contengan pigmentos verdes puede ayudar a disimular las rojeces.
Se debe evitar el uso de cremas de corticoides excepto si han sido directamente prescritas por su dermatólogo. Los corticoides tópicos, cuando se usan de forma inadecuada, pueden empeorar la rosácea.
Tratamientos tópicos (para aplicar directamente sobre la piel)
- Antibióticos , como metronidazol, clindamicina, eritromicina.
- Ácido azelaico.
- Permetrina tópica, en casos refractarios.
- Agonistas alfa-adrérgicos (brimomidina), todavía no comercializados en España, que actúan sobre el eritema difuso persistente.
- Ivermectina tópica: introducida recientemente en nuestro país, parece ser más efectivo que el metronidazol tópico.
- Peeling: Peeling químicos suaves como el ácido mandélico o el ácido pirúvico ayudan a mejorar la calidad de la piel y disminuir la sintomatología.
Tratamientos orales
- Antibióticos: La rosácea no es una enfermedad infecciosa y los antibióticos se utilizan por su capacidad anti-inflamatoria y para reducir el número de bacterias habituales en la piel. En ocasiones el tratamiento es prolongado y puede requerir modificaciones que serán indicadas por su médico.
- Isotretinoína: para determinados tipos de rosácea. Generalmente se utiliza a dosis bajas y requiere de control anticonceptivo en mujeres en edad fértil por sus efectos sobre el feto.
- Otros tratamientos: en pacientes seleccionados puede ser necesario el uso de otros tratamientos como sulfonas.
Tratamiento láser
Para destruir los vasos sanguíneos visibles o disminuir el enrojecimiento, existen láseres vasculares que actúan sobre los vasos sanguíneos produciendo su destrucción. Su dermatólogo le indicará en que momento está indicado realizar esté tratamiento para la rosácea.
Tratamiento de las manifestaciones oculares
Los problemas de sequedad pueden mejorar con lágrimas artificiales o los tratamientos sistémicos. El oftalmólogo valorará si los síntomas oculares son graves y requieren tratamientos más específicos.
Tratamiento del rinofima
El rinofima (engrosamiento de la nariz) es un tipo de rosácea que afecta a los varones. El tratamiento habitual es quirúrgico o con láser, con diversas técnicas para eliminar el engrosamiento de la piel.
En conclusión. Aunque todavía no es posible curar la rosácea, existen tratamientos con los que podemos atenuar los síntomas y mejorar el aspecto de la piel. El dermatólogo le ayudará a identificar los factores que puedan empeorar su enfermedad. Lo importante es evitar los factores desencadenantes, seguir el tratamiento prescrito por el dermatólogo y utilizar los cosméticos adecuados.