Acné en adultos
Existe la creencia popular de que el acné sólo aparece en la adolescencia. Nada más lejos de la realidad, el denominado acné del adulto puede ocurrir en casi el 54% de las mujeres y el 40% de los hombres. En la mayoría de los casos este acné se inicia en la adolescencia y persiste en igual o menor grado hasta la vida adulta, aunque también hay casos de aparición tardía, a partir de los 25 años. La forma de presentación difiere ligeramente de la observada en adolescentes, siendo predominante la afectación de mentón y mejillas (zona U), con granos inflamados que tardan en resolverse y menor cantidad de comedones.
Durante la vida adulta el acné puede causar problemas en el trabajo, la autoestima y vida social de la persona que lo padece, teniendo un importante impacto en la calidad de vida. Por tanto, un adecuado tratamiento es fundamental, no sólo por cuestiones estéticas sino también por esta serie de problemas asociados.
Causas:
El acné del adulto está influenciado por múltiples causas. Normalmente, confluyen varios factores precipitantes o causales: bacterias como el P. acnes, estrés, la falta de hábitos saludables o la aplicación excesiva de cosméticos entre otros. Un factor importante en las mujeres son los cambios hormonales, casi un 70% de las mujeres con acné refieren empeoramiento de los granos durante el periodo premenstrual.
Tratamiento:
En mujeres que presenten otros síntomas causados por el exceso de andrógenos como exceso de vello en el cuerpo, caída de cabello o alteraciones menstruales, es fundamental descartar alteraciones hormonales producidos por ovarios poliquísitcos (lo más frecuente), tumores de la glándula suprarrenal o tumores ováricos llevando a cabo un análisis de sangre.
- Cambios en los hábitos de vida: Llevar una vida sana puede ayudar a autorregular el equilibrio de la piel disminuyendo la producción de sebo. Disminuir los niveles de estrés, aumentar el ejercicio y los cambios en la alimentación pueden mejorar la aparición de las lesiones.
- Adecuado cuidado de la piel: El uso de cosméticos y cremas «embellecedoras» ha inundado nuestra cultura, creando confusión en la sociedad. En muchas mujeres observamos la aplicación excesiva de cosméticos grasos y maquillajes que obstruyen el poro, produciendo una mayor tendencia a padecer acné.
- Tratamientos tópicos: Deben individualizarse según el tipo de piel ya que hay personas con pieles sensibles que no tolerarán tratamientos fuertes. Las lociones limpiadoras de base alcohólica o con acetona pueden utilizarse en caso de piel con tendencia grasa. Tratamientos con ácido glicólico con efecto peeling o bactericidas como peróxido de benzoilo o antibióticos pueden ser útiles en casos seleccionados de acné leve o moderado. Los retinoides tópicos actúan tanto a nivel de los comedones como de granos inflamados, se trata de un fármaco derivado de la vitamina A, muy efectivo pero que de forma frecuente causa irritaciones si la piel es sensible o si se maneja de forma inadecuada, sin supervisión médica.
- Tratamientos orales:
- Antibióticos orales: se trata de un tratamiento clásico para el tratamiento del acné. En la actualidad, las guías de tratamiento restringen cada vez más su uso, ya que se ha observado resistencias bacterianas y una recidiva de las lesiones tras su administración. Además, no son más efectivos que otros tratamientos tópicos.
- Retinoides orales: la isotretinoina es otro fármaco derivado de la vitamina A. Antiguamente se utilizaba sólo en casos muy graves de acné, pero su efectividad unida al creciente uso con mínimos efectos adversos, está aumentando su prescripción. Es un fármaco de uso exclusivo por dermatólogos. Su uso es seguro pero es fundamental que la mujer no se quede embarazada mientras lo toma ya que puede causar malformaciones en el feto, por este motivo es recomendable tomar anticonceptivos orales de forma conjunta. Otros efectos leves pero en ocasiones molestos son la sequedad de piel y labios, dolor muscular o caída leve de pelo. Estos últimos síntomas disminuyen significativamente al administrar el tratamiento en dosis bajas. En mujeres con producción excesiva de andrógenos es frecuente que el tratamiento produzca mejoría, pero que los granos vuelvan a aparecer después de unos meses, por lo que se necesitan otros tratamientos.
- Antiandrogenos: anticonceptivos con progesteronas antiandrogénicas u otros fármacos antiandognénicos pueden beneficiar a mujeres que no respondan a isotretinoina o a mujeres con aumento de vello (hirsutismo).
- Peeling: Los peeling químicos con sustancias como ácido glicólico, ácido retinoinco o ácido salicílico producen exfoliación de las capas superficiales de la piel con disminución de comedones, mejoran la elasticidad de le piel y producen colágeno. También disminuye las cicatrices, especialmente las superficiales. Pueden ser necesarios varias sesiones según el tipo de acné.
- Microdermoabrasión: La microdermoabrasión consiste en eliminar la capa superficial de la piel con pequeñas arenillas o «lijas» especiales para usar en la piel. Su efecto es similar al de los peelins superficiales.